Índice de Competitividad Urbana 2021

Las ciudades que evaluamos concentran 63% de la población, 84% del talento (considerado como la población con educación técnica y superior) y 88% de la inversión fija bruta. No importa si es la federación, el estado o municipio quien toma las decisiones, la ciudad es el espacio público donde la vida cotidiana se desenvuelve, y es la primera línea de respuesta a los problemas públicos.

Por ello, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) mide su capacidad para generar, atraer y retener talento e inversiones a través del Índice de Competitividad Urbana (ICU). A partir del análisis de 69 indicadores agrupados en 10 subíndices, el índice evalúa a 69 ciudades. Con el fin de reconocer la complejidad y diferencias entre las zonas urbanas, los resultados se presentan por tamaño de población y se clasifican en seis niveles de competitividad: alta, adecuada, media alta, media baja, baja y muy baja.

RESULTADOS GENERALES 2021

El desempeño general en indicadores económicos, sociales y educativos cayó con la pandemia. Sin embargo, las ciudades presentaron los siguientes avances: 

  • Delitos: Se redujo la incidencia delictiva (de 19 a 16 delitos del fuero común por cada 100 mil habitantes)
  • Conectividad: En línea con las necesidades de trabajo y estudio remoto que trajo consigo la pandemia, se registró un mayor porcentaje de hogares con computadora e internet (de 26% a 37%)

Por otra parte, mostraron caídas generalizadas en: 

  • Finanzas: Se redujo el porcentaje de ingresos propios (de 28% a 26% del total ingresos públicos)
  • Inversión: Se observó 18% menos inversión extranjera directa neta en promedio (de 429 a 352 millones de dólares ponderados por PIB)

Aun cuando la crisis observada por la pandemia fue generalizada, hubo ciudades que observaron mejoras significativas en relación con el resto de las zonas urbanas en su grupo, entre ellas:

  • Guadalajara, Jalisco subió cuatro posiciones en el ranking, de la sexta a la segunda posición, debido principalmente a un avance en el subíndice de Precursores. Este incluye el porcentaje de hogares con computadora e internet y el presupuesto destinado a transporte no motorizado. Guadalajara también mejoró en términos de su relación con el mundo, pues aumentó su inversión extranjera directa neta en 38%.
  • Nuevo Laredo, Tamaulipas mejoró cinco posiciones en el ranking, al pasar de la decimoprimera a la sexta posición. A diferencia de lo observado en la generalidad de las zonas urbanas, Nuevo Laredo mejoró su desempeño en los subíndices de Sociedad, pues disminuyó la proporción de personas por debajo de la línea de bienestar y la mortalidad infantil se redujo un 19%, así como Gobierno, ya que mejoró su calificación de deuda.

Por otra parte, destacan en forma negativa dos ciudades del estado de Guanajuato, que mostraron retrocesos en distintos subíndices, tales como:

  • León, Guanajuato, cayó 3 lugares -de la posición 11 a la 14- principalmente gracias al incremento de 32% en la tasa de homicidios considerado en el subíndice de Derecho. Dicho retroceso se debió también a un peor desempeño en el subíndice de Economía, ya que se redujo el número de sectores, y de aquellos que prevalecieron, se redujo el porcentaje de los que han observado alto crecimiento.
  • Celaya, Guanajuato, retrocedió cinco lugares; cayó de lugar 18 al 23 como consecuencia de peor desempeño en los subíndices de Sociedad -particularmente caídas en la equidad salarial y el personal de salud- y Mercado de Factores. En ese sentido, ​​la informalidad laboral se incrementó 3 puntos porcentuales y el salario mensual para trabajadores de tiempo completo se redujo 13%.

LAS CIUDADES EMPEORARON EN TEMAS ECONÓMICOS, SOCIALES Y EDUCATIVOS 

Las ciudades fueron las más afectadas por la pandemia. En promedio, las zonas urbanas perdieron diversidad en los sectores que aportan a sus economías, la desigualdad en los salarios se incrementó, y un mayor porcentaje de los trabajadores declararon no percibir ingresos.

El desarrollo del talento se vio particularmente afectado, pues aunque el sistema educativo ya tenía problemas estructurales, la pandemia los profundizó. En años anteriores el promedio de la cobertura educativa para niños menores de 14 años no superaba el 82%. Sin importar el tamaño de las ciudades, esta cayó significativamente en 2020. 

Aunque aún no existen cifras oficiales de abandono escolar por la pandemia, los datos preliminares no son esperanzadores. Al analizar las caídas en el número de alumnos inscritos, se observa que las ciudades perdieron al menos 2% de los alumnos en 2021 respecto al ciclo escolar 2019-2020. 

La falta de datos que permitan dimensionar los efectos de la pandemia sobre el aprendizaje, medir la magnitud de la deserción, y realizar evaluaciones comparables, será aún más difícil para las ciudades desarrollar el talento humano que necesitan para crecer. De acuerdo con el Banco Mundial, los aprendizajes perdidos podrían significar una disminución de por lo menos 8% de su ingreso futuro. 

En este contexto y para el diseño de mejores políticas educativas, el IMCO Propone:

  • Evaluación. Implementar evaluaciones periódicas de los aprendizajes, coordinadas entre la entidad y sus municipios, para obtener información concisa sobre los conocimientos que los alumnos poseen. 
  • Autogestión. Ampliar el margen para que cada escuela tome sus propias soluciones de gestión, dentro de ciertos lineamientos y supervisión. Los retos de cada escuela son diferentes y nadie los conoce mejor que su propia comunidad.
  • Programas educativos. Ajustar los planes de estudio de instituciones educativas locales para incorporar las habilidades demandadas por los empleadores.