Alejandra, la historia de 5.2 millones de emprendedoras

FOTO: CRISANTA ESPINOSA AGUILAR / CUARTOSCURO.COM

Alejandra es una mujer de 30 años, casada, mamá de dos hijos y con estudios de secundaria quien, debido a la pandemia, se quedó sin trabajo. Con la necesidad de generar un ingreso propio y hacer frente a los gastos diarios, ha decidido comenzar un negocio de pasteles. Aunque le gustaría recuperar su empleo perdido, su sueño es dedicarse a la repostería y un empleo de este tipo le permitiría compaginar su vida familiar y laboral.

La historia de Ale es la de 5.2 millones de mujeres emprendedoras que hay en México. Las ambiciones y motivos para iniciar un negocio no siempre son los mismos, pero tienen algo en común: las barreras a las que se enfrentan para iniciar o hacer crecer su negocio. Sobre todo si este pretende operar en la economía formal.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó cómo son las emprendedoras en México y qué retos enfrentan para abrir una empresa en la formalidad. Los resultados señalan que 82% de las emprendedoras están en el sector informal. Esto condiciona su acceso a un abanico de oportunidades como nuevas opciones de financiamiento, programas de apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), así como la entrada a nuevos mercados. Como consecuencia, sus ingresos son menores. Mientras una emprendedora formal gana, en promedio, 9 mil 535 pesos al mes, aquella que trabaja en la informalidad percibe 3 mil 707 pesos. Este problema impide a las mujeres consolidar su autonomía económica y hacer crecer sus negocios.

Tras seis meses de emprender su negocio de pasteles, Alejandra se dio cuenta que utilizar las redes sociales son un canal para promocionar su negocio, expandir su cartera de clientes y, con ello, aumentar sus ventas. Ella quiere hacer crecer su negocio y contratar a más mujeres que la ayuden a cumplir con la demanda, por lo que buscará formalizarse aunque sabe que no será sencillo.

A nivel nacional toma ocho días abrir una empresa y, en promedio, las emprendedoras destinan 25 mil 920 pesos para realizar los trámites de formalización. El reto no solo yace en el costo de tiempo y dinero, sino también en que cada entidad federativa y municipio tiene su propio sistema, requisitos, procedimientos y costos. En el caso de Alejandra, le piden un permiso de uso de suelo para hacer constar que el negocio que abrirá cerca de su casa lo utilizará como pastelería.

Otro de los obstáculos que enfrenta es que no tiene suficiente dinero para hacer crecer su negocio. Su primera opción fue recurrir a un banco, pero como no tiene historial crediticio le negaron el financiamiento. En México solo 29% de las mujeres tiene un crédito bancario que pueden utilizar para invertir en su empresa.

Finalmente, aunque sabe utilizar las redes sociales, reconoce que desconoce temas de administración, finanzas y marketing. El registro de sus ventas y gastos lo lleva en hojas de papel, por lo que es difícil mantener un registro de su negocio y no sabe qué impuestos deberá pagar si se formaliza.

La historia de Alejandra no es aislada, hay más de cuatro millones de emprendedoras informales, sector que está relacionado con negocios menos productivos. Una forma de mejorar sus condiciones económicas es romper estas barreras con trámites digitales que se concentren en una plataforma para ayudarlas a facilitar la formalización de sus negocios, lo que significaría también el desarrollo económico de México.