Una recuperación desigual

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Aún recuerdo cuando en los inicios de la pandemia se sugería que el entonces nuevo coronavirus sería un gran igualador. Le pegaría a todos por igual en términos sanitarios y como todos tendríamos que quedarnos en casa todos nos veríamos igualmente afectados. Con lo que hemos visto estos dos años creo que hoy todos estaríamos de acuerdo en que de igualador no hubo nada. En materia de salud, hubo diferencias considerables en la atención. En el sector educativo, las medidas tomadas entre sectores y entre escuelas no hicieron más que ampliar las brechas ya existentes. Económicamente, algunos sectores se beneficiaron y otros todavía no saben ni el camino para salir del choque que enfrentaron.

Si la pandemia afectó a todos de manera distinta, no nos debería de sorprender que la recuperación económica también sea así. Hoy el IMCO presenta un estudio que muestra cómo algunos sectores ya recuperaron los niveles que tenían previo al golpe de covid en el país y cuáles tienen aún rezagos importantes.

Las actividades primarias —las que toman recursos directamente de la naturaleza— representan únicamente 3.4% de la producción agregada del país y aproximadamente emplean a 11% de los trabajadores. Las secundarias —las que transforman— aportan 28.9% al PIB y dan trabajo a poco más de 25% de los trabajadores mexicanos. Con esas cifras, ya sabemos la siguiente. La economía mexicana se concentra en el sector terciario —los servicios— que representan 63.3% de la producción y emplean un porcentaje similar de personas.

Dentro de esos grandes grupos algunos sectores específicos llevan buen ritmo de crecimiento. La industria manufacturera, el comercio al por mayor, los servicios a la salud y los servicios profesionales, científicos y técnicos ya alcanzaron el nivel de producción que tenían en el primer trimestre de 2020 y han recuperado la tendencia de crecimiento que habían mantenido en los años previos al 2020. Evidentemente dentro del gran grupo que denominamos “manufacturas” hay diferencias, pero como agregado incluso ya se encuentran por arriba del nivel que podríamos haber esperado dada la tendencia que llevaban. No cabe duda de que este sector se ha recuperado por la dinámica de crecimiento de nuestros socios comerciales y la integración del sector con las cadenas productivas relacionadas con el TMEC.

Del otro lado de esta recuperación desigual están los sectores que no solo no han alcanzado los niveles de producción previos a la llegada del covid, sino que quizás tendrán que reinventarse. Entre estos sectores se encuentran la construcción, la minería, los servicios financieros y de seguros, las actividades gubernamentales, los servicios educativos y la energía eléctrica. La minería es el séptimo sector más relevante de la economía nacional y muestra una tendencia decreciente desde hace más de 10 años y se ubica 3.7% debajo del valor que tenía a principios de 2020.

Valdrá la pena analizar con mayor profundidad el caso de los servicios educativos cuya caída en 2020 fue dramática y cuya recuperación está lejos de la esperada. Un sector que además impacta la vida y las perspectivas de millones de mexicanos.

La pandemia no fue ningún igualador. Movió a la economía hasta sus cimientos y la recuperación se vislumbra muy desigual. Es en esos entornos donde necesitamos mayor flexibilidad y mayor adaptación. Resiliencia, como le dicen estos días.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad de la autora y no representan la postura institucional.

Publicado en El Universal.

14-06-2022