Prepa obligatoria

Obligatoria o no, la preparatoria es una buena decisión para los que tienen la opción de cursarla. Los que logran terminarla tienen un horizonte de ingresos 30% mayor en promedio comparado con aquellos que sólo terminan la secundaria. Cifras similares se han medido consistentemente en más de 100 países durante las últimas décadas.

Incluso quienes no logran graduarse obtienen beneficios.

Estudiar algunos años más no sólo se traduce en mayores ingresos. La gente que estudia más años también goza de mayor salud, mejor convivencia familiar, mayor conciencia cívica y mejor convivencia ciudadana, entre otros.

La obligatoriedad de la prepa es una buena noticia aun si dicha obligatoriedad es sólo retórica (ya que no hay sanciones ni para el Estado si no logra el acceso universal, ni para los individuos o familias si no cumplen con asistir o terminar).

En todo caso, lo importante es que se reconoce la necesidad de dedicar mayores recursos para dar mayor acceso que permita a más personas tener la oportunidad de asistir y terminar.
Seguir estudiando después de la secundaria implica que los jóvenes y sus familias renuncien a los ingresos que los hijos en edad de ir a la prepa podrían obtener. Por ello, es particularmente importante el monto para becas de manutención tipo Oportunidades que contempla el planteamiento.

Sin este tipo de apoyos, la gran mayoría de los jóvenes no podrá asistir aunque sea obligatorio y aunque no haya que pagar colegiatura. Si no se pone énfasis en compensar los ingresos adicionales a que renuncian las familias para enviar a sus hijos a la prepa, no importará que existan asientos disponibles para todos.

Actualmente, muchos de los que tienen acceso desertan. La necesidad de apoyar el gasto familiar no es la única razón para desertar, pero sí una de las más importantes. Incluir beneficios que dependan de que se complete el grado podría ser muy útil para reducir las tasas de deserción.

Ampliar la cobertura implica un enorme reto de calidad. Entre mayor calidad tenga la educación, mayor será su valor en el mercado laboral y el incentivo para completarla. Los costos adicionales por alumno que implica construir capacidad adicional de calidad, traen a cuento la posibilidad de que las familias con menores recursos pudieran elegir emplearlos en prepas privadas. Esta pudiera ser la ocasión ideal para los famosos vouchers.

achacon@eleconomista.com.mx