Lupa de género contra la violencia

FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM
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Por: Fernanda Avendaño, coordinadora Anticorrupción, y Fátima Masse, directora de Sociedad Incluyente.

En México, la violencia de género parece no tener fin. En 2021, más de 3 mil 700 mujeres perdieron la vida por homicidio doloso o feminicidio. Esto equivale a que cada día del año pasado más de 10 mujeres fueron asesinadas.

Esos son los casos más extremos y crueles. Sin embargo, las mujeres somos violentadas de forma desproporcionada todo el tiempo, incluso en las calles. Mientras que en el cuarto trimestre de 2021 una de cada cinco mexicanas sufrió algún tipo de acoso o violencia sexual en lugares públicos, la cifra desciende a uno de cada 20 hombres.

La violencia no tiene fronteras, trasciende los espacios privados, los países y las culturas. Una encuesta de Ipsos y King’s College encontró que de 29 países evaluados, solo en México y Alemania hay más mujeres que hombres que creen que las víctimas son las que provocaron los casos de violencia contra las mujeres. En pleno 2022 todavía 18% de los mexicanos (20% mujeres, 15% hombres) cree que las víctimas son las culpables.

Las mujeres no son ni serán nunca las culpables de la violencia. La culpa la tienen los hombres que las agreden y saben que no tendrán consecuencias. La culpa la tiene un Estado que invierte poco en la seguridad de sus mujeres y carece de políticas públicas contundentes para prevenir este tipo de delitos.

La ola de violencia de género que vivimos le ha arrebatado sueños y oportunidades a miles de mujeres, sus familias, amigas y amigos. Al mismo tiempo, México pierde por cada mujer víctima de violencia y, llevado al extremo, un país sin mujeres sería incapaz de trascender y crecer como sociedad.

En el mercado laboral implicaría la pérdida de casi 20 millones de trabajadoras, lo que sería un choque duro, sobre todo para los sectores de comercio, industria manufacturera y servicios personales que concentran el 55% de estas trabajadoras. ¿Cómo suplir ese capital humano?

Las mujeres y los hombres no solo son diferentes por anatomía, sino también por sus experiencias de vida, su talento, su diversidad y su valor. Como país y sociedad, estar a la altura de ellas implica usar, de forma generalizada, una lupa de género que las visibilice, que permita entender sus necesidades diferenciadas y, sobre todo, que provea un sistema de justicia que las proteja, les crea y las apoye.

Las mujeres vivimos en un mundo diseñado por y para hombres que nos deja en una cancha invisible. La violencia es la última y más profunda expresión de esta desigualdad.

Aprovechar el 8 de marzo requiere una reflexión profunda para cuestionar qué más se necesita para romper ciclos de violencia y alcanzar la igualdad sustantiva entre sexos. Toma la lupa de género y no la sueltes. Es la única forma de analizar problemas y soluciones que reconozcan que las mujeres somos fundamentales en este país.

Publicado en La-Lista.

09-03-2022