Ellas ganan, todos ganamos

FOTO: JUAN PABLO ZAMORA /CUARTOSCURO.COM

La pandemia ha sido un golpe durísimo para las mujeres. Desde la perspectiva económica, mes a mes la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI nos ha mostrado que las trabajadoras tardaron más tiempo en recuperar su empleo que los hombres, y que su situación es frágil.

En el monitor #MujerEnLaEconomía del IMCO (https://bit.ly/2MRRrK3) se observa que el 73% de las mujeres que perdieron su empleo entre marzo y abril lo recuperaron en diciembre de 2020. No obstante, en enero de 2021, casi 800 mil mujeres lo volvieron a perder. Esto implicó una reducción de 15 puntos porcentuales en el porcentaje de empleos femeninos recuperados en comparación con el cierre del año pasado.

Estas cifras son desgarradoras. No son simples porcentajes, representan millones de mujeres que dejaron de tener certeza sobre sus ingresos. Con ello, se ha puesto en riesgo la autonomía económica de muchas de ellas, entendida como la capacidad de generar recursos propios a partir del trabajo remunerado, según Cepal.

La pandemia ha acentuado las condiciones laborales difíciles que las mujeres han enfrentado durante años. Las barreras a la entrada, permanencia y crecimiento en el empleo son una cuestión estructural en México. Sin embargo, reconocer estos efectos diferenciados para ellas podría ser parte de la solución económica de nuestro país.

En el IMCO estimamos que el PIB de 2030 puede ser 15% mayor que el de 2020 si gobiernos y sector privado hacen esfuerzos para sumar a 8.2 millones de mujeres al mercado laboral en los próximos 10 años (https://bit.ly/30kLgBu). Este incremento es tres veces mayor que el que se alcanzaría si nos quedamos de brazos cruzados y dejamos que la tasa de participación económica de las mujeres siga creciendo al ritmo lento que ha mostrado en los últimos 15 años.

Esta meta es factible, pero requiere compromiso de todas y todos, puesto que para que más mujeres se puedan sumar al mercado laboral si lo desean, necesitan enfrentar condiciones más equitativas en sus hogares y los empleos.

Estamos conscientes que esto implica un cambio cultural profundo, que requiere acciones desde varias dimensiones. Muchas organizaciones han levantado la voz en este sentido, y el IMCO se une a ellas con algunas propuestas específicas que pueden contribuir en un mayor bienestar para las mujeres desde el mercado laboral.

Entre estas propuestas destaca que los gobiernos -incluso los estatales si no hay voluntad en el Gobierno federal- implementen un sistema de cuidados y desarrollo infantil universal que facilite la entrada y permanencia de madres trabajadoras. Por otro lado, el sector privado también podría fomentar inversiones y proyectos donde se considere una mayor participación de mexicanas.

Los beneficios económicos de este tipo de acciones son para todos. Más mujeres con autonomía económica derivan en mayores ingresos y ahorros para sus familias, empresas más rentables y competitivas para atraer talento y un país más próspero.

En esta agenda de inclusión real y sustantiva que necesita México, todas y todos tenemos un rol. Los beneficios de invertir en ella también son para todos.

Publicado por Reforma
07-03-2021