Una crisis en salud anunciada

Muere un bebé indígena en Chiapas tras la cancelación, por austeridad, de traslados en ambulancias aéreas. Niños con cáncer dejan de recibir quimioterapias por recorte de personal y hay un desabasto de medicamentos en el ISSSTE. Paciente del IMSS en Irapuato es arrastrado sobre el piso con todo y su suero, por falta de camillas. Estas son solo algunas de las historias desgarradoras de pacientes que viven en carne propia los recortes al sector salud.
Mientras tanto, las autoridades nos han dejado claras las tensiones entre las dependencias: Renunció Germán Martínez a la dirección del IMSS con una carta que es una denuncia; los directores de los institutos de especialidades pelearon hasta conseguir que se liberaran los recursos retenidos por Hacienda y se han denunciado despidos al personal eventual de salud, y recortes en los sueldos de residentes de medicina.
¿La crisis en salud es culpa de la Administración actual? No. Coincido con el presidente Andrés Manuel López Obrador de que es la consecuencia de tener un sector salud abandonado durante años. Sin embargo, mientras nos prometen un sistema parecido al sueco , hay decisiones recientes que parece que nos alejan de ese objetivo.
Nuestro sistema de salud es incapaz de darle certeza a los beneficiarios de que serán atendidos y tendrán medicinas cuando lo necesiten, o de mitigar el riesgo financiero de todas las familias que sufren alguna enfermedad costosa o de largo plazo. ¿Esto es un problema exclusivo de la corrupción? No, tampoco.
Desde 2011, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha seguido al sector salud y ofrecido recomendaciones para su mejora. Con base en estos estudios, quisiera destacar tres de los muchos retos que tiene nuestro sistema de salud y que no hay evidencia de que se estén revirtiendo este año.
Reto 1. Un sistema de salud con financiamiento escaso 
El gasto en la función salud creció sostenidamente de 2005 a 2015. Sin embargo, a partir de ese año ha decrecido en términos reales. Como porcentaje del PIB, el gasto público en salud pasó de 2.7% en 2015 a 2.4% en 2019, el más bajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Suecia destina el 9.1% del PIB. No es casualidad que en México más del 40% del gasto total en salud provenga del bolsillo de las familias, lo que tiene implicaciones sociales y económicas trascendentales para el país.
Aunque entre 2018 y 2019 el presupuesto para salud aumentó 0.9%, México Evalúa encontró que el Gobierno está gastando menos de lo aprobado para el primer trimestre. Destaca el subejercicio del 39% en fármacos y químicos, así como uno del 21% en servicios profesionales. Además, si se compara el gasto programable ejercidoentre enero-marzo de 2019 contra el mismo periodo para 2018, la caída del 4.1% en la función salud contra el aumento del 6.7% en la función combustibles y energía es indignante.
¿Cómo se le explica estos datos a pacientes y familiares a los que les niega la atención por falta de recursos y capacidades?
Reto 2. Un sistema de salud fragmentado
El problema de México, en términos de universalización, no es la falta de cobertura o derechohabiencia: en 2016, el 85% de la población tenía acceso a alguna institución pública. Sin embargo, los paquetes de beneficios de cada subsistema no son los mismos. El paquete más completo hasta el momento lo ofrecen las instituciones de seguridad social, que dependen del estatus laboral. Además, las disparidades en las tasas de mortalidad y la esperanza de vida sugieren que hay diferencias en el acceso a los servicios de salud a nivel estatal, incluso al interior de los subsistemas de salud.
El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 define que se buscará promover y garantizar el acceso efectivo, universal y gratuito de la población a los servicios de salud. Sin embargo, hasta la fecha solo se ha anunciado la creación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar que sustituirá al Seguro Popular. Esto implica que los cambios solo tendrán un impacto sobre aquellos que no tienen acceso a la seguridad social. Se necesitan más detalles sobre el plan de largo plazo para el sector para identificar cómo se eliminarán las desigualdades de acceso.
Reto 3. Un sistema de salud con un nuevo sistema de compras
Por el combate a la corrupción se está diseñando un nuevo sistema de compras consolidadas encabezadas por la Secretaría de Hacienda. Esto no solo tiene un costo asociado a la curva de aprendizaje (cuando el IMSS ya había avanzado desde 2007), sino también podría representar un riesgo. En 2012, el IMCO alertó que “la consolidación es riesgosa si no se conoce el mercado, ya que el costo de oportunidad es la exclusión de la participación de potenciales proveedores.” En este nuevo sistema se sugiere retomar la recomendación de la OCDE de crear una base de datos centralizada, exhaustiva y editable para hacer inteligencia de mercado, así como detectar y prevenir casos de colusión.
Ojalá que no se nos olviden estos meses de crisis en el sector, porque es momento de ser enfáticos y exigir que se cumpla nuestro derecho al acceso a la salud. Ojalá que el presidente sepa que está ante una oportunidad histórica para transformar al sector salud. El primer paso es otorgarle más recursos.
Publicado por Expansión
11-06-2019